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8 de marzo: Si no es feminista, no es mi revolución
Un año más, un día más, una fecha más, una más de las miles de efemérides que inundan el calendario. Y sin embargo, este no es un día cualquiera. Es el día en que las mujeres dejamos de ocupar titulares como víctimas de la violencia de genero para pasar a ser las heroínas de la jornada, siempre con la coletilla del “aún queda mucho por hacer”.
Casi con toda seguridad una de las mujeres que este día bañe de violeta sus redes sociales, lleve mas de ocho horas de jornada laboral, haya terminado las tareas de su casa sin desatender a los hijos y quizá con suerte haya tenido tiempo para dedicar unos minutos a su cuidado personal, mas por obligación que por devoción. Preocupada por una imagen que ya no recuerda a quien le importa más, si a ella o a un sistema que se empeña en estigmatizarnos si no nos aderezamos. (més…)
més desfavorida que els homes quant a tipus de contractació, manteniment del lloc de treball, i percepció de pensions; aprovat el Acord Social i Econòmic que endureix el sistema de les pensions, juntament amb la reforma laboral i la reducció de la despesa pública, la situació que se’ns presenta no és gens prometedora.