Romina Tejerina
 
 
 
 
En la  cárcel provincial de Jujuy, Republica Argentina, cumple condena 
 Romina Tejerina.
Ella es una nueva vi­ctima de la violencia de genero a quien se le aplica la
injusticia patriarcal y capitalista.
El 1 de agosto del 2000 fue violada, golpeada y embarazada, y mientras el
violador goza de libertad y de toda la impunidad que el sistema le garantiza,
ella se enfrenta a una pena de cadena perpetua.
Romina, mujer y pobre, intenta abortar por sus propios medios en un paí­s
 donde el aborto es delito y  un negocio clandestino que se cobra la vida de
 miles de mujeres.
Llevada por la desesperación y en probada situación de episodio psíquico
pauperal mata a la hija nacida. Fue acusada de homicidio agravado por el
va­nculo y la fiscalí­a pedía cadena perpetua.
La valiente y decidida lucha emprendida por las organizaciones de mujeres,
 con el apoyo de  distintas y numerosas organizaciones de trabajadoras y
trabajadores, de personas desocupadas y estudiantes, impedía que su caso
quedara silenciado.
La justicia patriarcal y sexista intenta con la compra de testigos, con
peritos afines al poder y con toda una farsa moralista, que una vez mas una
mujer, joven y pobre, fuera acusada además, de provocar la violación.
Intentaron un juicio no solo contra Romina, sino de defensa del sistema
patriarcal y clasista, contra la libertad de las mujeres y contra el derecho
al aborto.
La violación es una de las violencias de genero mas extremas que se
 ejercen de manera sistemática contra las mujeres, y el derecho al aborto
 libre y gratuito sigue siendo una conquista pendiente de las mujeres de
 clase trabajadora que no pueden acceder a las clínicas privadas o tomar un
 vuelo al paí­s de al lado para interrumpir embarazos no deseados, perdiendo
 asta­ el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y sobre su futuro.
Esta prohibición es también una forma de violencia que se ceba sobre las
mujeres mas jóvenes y sin recursos, que además son estigmatizadas porque
 la culpa es de las agredidas (algo habrán hecho para merecer el trato
 vejatorio) y criminalizadas cuando se ven empujadas por la desesperación,
 el paro y la falta de medios a resolver la situación de forma lamentable y
 brutal. Pero la responsabilidad no es de Romina sino de un sistema clasista
 y patriarcal que subordina a las mujeres, consiente la violencia ejercida
 contra ellas y aprueba leyes represivas para las víctimas.
Esta es la realidad que siguen denunciando las mujeres y la red social de
apoyo, quienes por medio de la movilización consiguieron sustituir la pena
 de cadena perpetua por la de 14 años de prisión tras el juicio del día 9
 de junio pasado.
La lucha continuara por la inmediata libertad para Romina Tejerina.
 
 
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